Este encuentro está dedicado a que comprendamos la diferencia entre nuestras emociones, deseos románticos y la esencia del amor. Lo femenino encarna el amor y como tal es una responsabilidad innata en la mujer comprender esta esencia y lo que significa vivir centrada en el corazón. El espacio sagrado del corazón no es algo que tengamos que aprender. Solamente necesitamos recordar lo que es innato en nosotras y abrirnos camino por la maraña de emocionalidad, heridas adquiridas en nuestro trato con lo masculino para retornar a ese espacio que siempre ha sido nuestra consciencia de amor.